...De noche rompe mi piel su ácido aéreo
y escucho en mi interior temblar su instrumento.
Yo oigo el sueño de viejos compañeros y mujeres amadas,
sueños cuyos latidos me quebrantan:
su material de alfombra piso en silencio,
su luz de amapola muerdo con delirio.
Cadáveres dormidos que a menudo
danzan asidos al peso de mi corazón,
¡Qué ciudades opacas recorremos!
El siguiente tema de la semana es: Biografías sátiras del Bicentenario
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